Cómo ayudar a las niñas a lidiar con proposiciones sexuales no deseadas
Los padres pueden preparar a sus hijas para que aprendan a protegerse y fijar límites.
Experto clínico: Dave Anderson, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué a las niñas les resulta difícil hacer frente a la atención sexual no deseada?
- ¿Cómo pueden los padres empoderar a las niñas para que se defiendan ante las insinuaciones no deseadas?
- ¿Cómo pueden los padres ayudar a las niñas a sentirse cómodas diciendo "no"?
Lectura rápida
Para muchas niñas y mujeres, la atención sexual no deseada es un hecho de la vida. Esto va desde los chiflidos en la calle hasta las insinuaciones románticas o sexuales no deseadas. A muchas niñas les cuesta encontrar la mejor forma de rechazar las insinuaciones no deseadas, porque tienen miedo de dañar los sentimientos de alguien. Y cuando la atención es agresiva o viene de alguien mayor, puede ser difícil saber cómo responder.
Los padres pueden ayudar a las adolescentes a proteger tanto su seguridad como sus límites. El primer paso es tomárselo en serio: no decirles a las niñas que se sienten incómodas o inseguras que simplemente deben superarlo. En su lugar, los padres deberían centrarse en empoderar a las niñas para que se conviertan en sus propias defensoras. Una forma importante de empoderarlas es ayudarlas a encontrar (y practicar) las palabras que podrían utilizar si alguien no respeta sus límites. Por ejemplo, podrían decir: “No me gusta lo que estás haciendo y quiero que pares”. O simplemente, “no estoy interesada”, o “no me siento cómoda haciendo eso”.
Las niñas deben entender que nadie tiene derecho a tocarlas si no lo desean. Eso incluye un brazo alrededor de su hombro, un beso o cualquier tipo de contacto sexual. Es importante que los padres ayuden a las niñas a sentirse cómodas diciendo que no.
A muchas niñas les preocupa que los demás las puedan percibir como malas o crueles. Las niñas suelen recibir el mensaje de que, para ser queridas, tienen que ser amables, complacientes y agradables. Pero el mensaje debería ser que cualquiera que merezca su atención, debería respetar sus sentimientos.
Si ocurre algo (ya sea un compañero de clase que no acepta un “no” como respuesta, un amigo insistente o algún desconocido que le haga comentarios lascivos en la calle) hágale saber a su hija que usted la apoya, aunque no esté preparada para hablar de ello en ese momento. Cuando ella esté preparada para hablar, tómela en serio y deje claro que la quiere y la apoya, pase lo que pase.
“Hola bonita, regálame una sonrisa”.
“¿Por qué no me devuelves el mensaje?”.
“Sé que te gustó, aunque no me lo digas”.
¿Te suena familiar? Si eres mujer, la respuesta seguramente es sí.
Desafortunadamente, para la mayoría de las mujeres, la atención o las proposiciones sexuales y románticas no deseadas son un hecho en sus vidas. A menudo esto comienza alrededor de la pubertad, y puede ir desde algo incómodo o molesto a algo totalmente aterrador. Muchas jóvenes tienen dificultad para rechazar una insinuación romántica o sexual por miedo a herir los sentimientos de alguien. Y cuando el acercamiento es agresivo o proviene de alguien mayor, puede ser difícil saber cómo rechazarlo.
Los padres pueden sentar las bases para ayudar a las niñas a proteger su seguridad y sus límites, al asegurarse de que cuentan con estrategias saludables para afrontar este tipo de situaciones.
Tomarlo en serio
El primer paso para que las niñas estén preparadas para lidiar con proposiciones no deseadas es tomar esto en serio.
“Lo que los padres tienen que reconocer es que desde el momento en que sus hijas llegan a la pubertad es probable que llamen la atención”, dice Dave Anderson, PhD, psicólogo clínico del Child Mind Institute. “Y que parte de esa atención, ya sea un comentario lascivo de un extraño o un joven que no acepta un no por respuesta, va a ser desagradable, incómoda o incluso aterradora”.
Aunque la mayoría de los padres, dice, son conscientes de que esta atención no deseada ocurre, lo que tal vez no toman en cuenta algunos padres (en especial, los padres que quizá no lo hayan experimentado por sí mismos) es lo común y molesto que esto puede ser.
“Tenemos una tendencia a minimizar estas experiencias”, dice Stephanie Dowd, PsyD, psicóloga clínica. “Pero cuando decimos: ‘No es gran cosa, le pasa a todo el mundo’, o sugerimos que simplemente es algo que forma parte de la vida de las mujeres, estamos dando a entender que las niñas que se sienten víctimas o alteradas, están exagerando”. En lugar de eso, los padres deben transmitir a sus hijas un mensaje claro: “Sus sentimientos y límites son válidos y merecen ser respetados”.
Pero tampoco hay que verlo como una catástrofe
Por otro lado, el Dr. Anderson dice que también es importante luchar contra el impulso de reaccionar de forma exagerada. “Es natural que como padres queramos proteger a nuestra hija, pero siendo realistas uno no podrá estar a su lado todos los días por el resto de su vida”, dice. Por muy tentador que sea contratar a un guardaespaldas de tiempo completo, los padres deberían centrarse en empoderar a las niñas para que se conviertan en sus propias defensoras.
“Parte de mantenerse segura y sentirse cómoda es tener la capacidad de reconocer cuando algo te hace sentir incómoda o insegura”, dice la Dra. Dowd. “Y tener la confianza para decir: ‘Lo que estás haciendo me hace sentir mal, y no me merezco eso’”.
Deshacerse de la culpa
“Uno de los mayores errores que cometemos al hablar de atención o proposiciones no deseadas es sugerir que las mujeres han atraído de alguna manera el problema hacia ellas”, dice la Dra. Anderson. “Las niñas que son acosadas sexualmente no son las causantes del acoso, los acosadores sexuales, sí lo son. Pero muchas jóvenes terminan sintiendo que, sin darse cuenta, de alguna manera han atraído esta interacción negativa hacia sí mismas, al usar el atuendo equivocado o al ser ‘demasiado simpáticas’”.
Una cosa que hace que las niñas se sientan más culpables es la implicación de que sus cuerpos están de alguna manera sucios, o que hay que avergonzarse de ellos. “Una relación positiva con su propio cuerpo es sumamente importante”, dice la Dra. Dowd. “Si una joven recibe el mensaje de que su cuerpo o su sexualidad es algo malo, y luego recibe atención por ello, es muy probable que se sienta avergonzada o humillada”. Del mismo modo, dice, es menos probable que busque ayuda si sufre acoso o agresión sexual.
Al final, la Dra. Anderson recomienda que el mensaje sea: “Esto no es tu culpa y no debería ser tu problema, pero en caso de que alguien se comporte mal quiero asegurarme de que tienes las herramientas para enfrentarlo de una manera que te ayude a sentirte y mantenerte a salvo”.
Ayudarlas a poner límites
Cuando se trata de fijar límites, los padres deben empezar con lo básico (y no detenerse). “Lo primero es lo primero”, dice la Dra. Dowd. “Nadie tiene derecho a tocarte si no quieres que lo hagan. Ya sea un brazo alrededor de tu hombro, un beso o cualquier tipo de contacto sexual”, añade el Dr. Anderson. “Es importante que los padres ayuden a sus hijas a sentirse cómodas diciendo que no, incluso si están siendo presionadas por sus amigos o por otra persona”.
Muchas niñas se preocupan por no ser malas o por no ser percibidas como malas o antipáticas, y eso es un gran obstáculo, explica la Dra. Dowd. “Por ejemplo, si un chico está enamorado de una chica, pero ella no siente lo mismo, ella podría pensar: ‘Es una buena persona, y realmente no quiero besarlo, pero no quiero ser cruel’”. O tal vez ella está enamorada de él, pero no está lista para el tipo de relación que él quiere. Puede que se le dificulte decirle que no, porque ella podría tener miedo de que él piense que es una mojigata o de que deje de interesarse en ella.
Las niñas a menudo reciben el mensaje de que para gustar tienen que ser amables, agradables y complacientes. Esto, explica la Dra. Dowd, trae como consecuencia “una lucha por sentir que merecemos nuestros límites, especialmente cuando alguien los cuestiona”. Es importante ayudar a las niñas a entender que no deben prestar atención a nadie, no importa lo agradable o popular o agresivo que pueda ser un pretendiente. Y cualquier chico digno de su atención debe respetar sus sentimientos.
Para ayudar a su hija a evaluar sus sentimientos cuando las cosas se ponen difíciles, intente elaborar una lista de verificación mental que ella pueda repasar:
- ¿Esto se siente bien o mal?
- ¿Estás diciendo que sí porque te preocupa herir los sentimientos de esta persona?
- ¿Te hace feliz pasar tiempo con esta persona?
- ¿Te preocupa que si le dices a esta persona que te deje en paz pudiera haber consecuencias?
- ¿Tus amigos te están presionando para que salgas con esta persona a pesar de que tú no estás tan interesada?
- ¿Esta persona te pide más en términos sociales, románticos o sexuales de lo que tú te sientes cómoda de dar?
Otra forma importante de empoderarla es ayudarla a encontrar (y practicar) las palabras que puede usar si alguien no está respetando sus límites. Por ejemplo, ella podría decir: “No me gusta eso y quiero que te detengas”. O “no me interesa”, o “no me siento cómoda haciendo eso”.
Prestar atención a lo que está viendo
“Muchos medios de comunicación orientados a las niñas se centran en la narración de que gustar o llamar la atención de los hombres es algo a lo que las niñas deberían aspirar y por lo que deberían estar agradecidas”, dice la Dra. Dowd. “Queremos que las chicas lo piensen dos veces y pregunten: ‘Espera… ¿a ella realmente le gusta él? ¿De verdad se está divirtiendo?’. “Los padres deberían esforzarse por ayudar a sus hijas a convertirse en consumidoras inteligentes, al enseñarles a tener una visión crítica de los mensajes que transmiten los medios de comunicación”. Por ejemplo:
- Dedique tiempo a ver las películas o programas favoritos de su hija junto con ella, y aproveche la oportunidad para señalar ejemplos de interacciones románticas negativas (y positivas). Por ejemplo: “Me parece que ella ha dicho que no muchas veces, pero él no la deja en paz. ¿Eso te parece bien a ti?”.
- Escoja los programas de noticias, los libros y las películas que transmita un mensaje empoderador.
- Hable con ella sobre lo que lee, publica y mira en sus interacciones en las redes sociales.
Hablar sobre el acoso en las calles
Según la organización Stop Street Harassment, para cuando la mayoría de las niñas entran a la adolescencia, hasta el 99% han experimentado alguna forma de acoso sexual en público. “Que te silben o chiflen en la calle podría parecer poca cosa, pero para muchas niñas el hostigamiento puede ser profundamente inquietante”, dice la Dra. Dowd.
Los padres deben tener cuidado de no normalizar o ignorar el acoso. “El acoso callejero puede ser común, pero eso no significa que esté bien”, señala la Dra. Dowd. “Si algo sucede, asegúrese de que su hija entienda que no tiene por qué sonreír y soportarlo”. Los padres pueden ayudar al hablar abiertamente sobre el acoso callejero y trabajar con ellas en la elaboración de un plan sobre cómo reaccionar si esto sucede. Algunas ideas podrían incluir:
- Pedirle a otra mujer o a un familiar que la acompañe en su camino hasta que esté fuera de alcance. “Estos tipos me están gritando y me están haciendo sentir incómoda. ¿Podría caminar contigo hasta el final de la cuadra?”.
- Llamar a un amigo o familiar y quedarse al teléfono hasta que se sienta segura.
- Meterse a una tienda o a un restaurante.
- Cruzar la calle.
- Tomar una foto del acosador con su teléfono.
- Pedirle que se comporte, si se siente segura de responder cuando esté en esa situación, por ejemplo: “Eso es asqueroso y me hace sentir muy mal”. “¡La verdad es que las mujeres odiamos esto!”. “¿Le hablarías así a tu propia hija?”.
El dilema de papá
Para la mayoría de las mamás la atención no deseada es un tema conocido. La curva de aprendizaje resulta más pronunciada para los papás.
“Culturalmente, los hombres no reciben los mismos mensajes que las mujeres”, dice la Dra. Dowd. “Es menos probable que hayan experimentado el lado aterrador de la atención no deseada, y para muchos de ellos insistirle a las mujeres o coquetear con ellas podría ser incluso algo que pensaban que era simplemente divertido o halagador”.
La realidad, dice, es que para muchos padres, tener una hija puede ser la primera vez que tienen que imaginar cómo son estas experiencias para las mujeres. Si los papás tienen problemas para entender por qué la atención no deseada puede ser tan molesta, comiencen por preguntar a las mujeres de su vida si estarían dispuestas a compartirles sus propias experiencias de acoso sexual o atención sexual deseada.
Mantenerse a salvo
A medida que las niñas crecen, es importante hablar honestamente sobre la seguridad cuando salen con sus amigos. Algunas reglas de sentido común incluyen:
- Evitar consumir alcohol y drogas.
- Si va a una fiesta o un concierto, que lo haga con un grupo de amigas, y que acuerden cuidarse mutuamente.
- Asegurarse de que su teléfono está encendido y con batería, en caso de que necesite llamar para que la recojan o para pedir ayuda.
- No aceptar viajes con extraños, aunque sean de su edad.
- Si alguien la hace sentir insegura, que haga un escándalo muy ruidoso y se salga. Que haga lo que sea necesario para alejarse de la persona que la molesta, y siga gritando hasta que alguien venga a ayudarla.
Mantener una actitud de apoyo
Si algo sucede, ya sea un joven que no entiende un no por respuesta, un amigo insistente o un extraño que hace comentarios lascivos en la calle, hágale saber a su hija que usted la apoya, aunque no esté lista para hablar de ello en ese momento. “Hágale saber a su hija que está bien no sentirse bien”, dice la Dra. Dowd. “Es común tener sentimientos negativos sobre ser acosada, y a veces se requiere un poco de tiempo para que el sentimiento se consolide”. Cuando ella esté preparada para hablar, tómela en serio y déjele claro que usted la ama y la apoya, pase lo que pase.